Quantcast
Channel: El Blog de Sergio del Molino » Zaragoza 2016
Viewing all articles
Browse latest Browse all 4

POLLOS AL A’ST

$
0
0

Hace un tiempo dimos una noticia en el periódico donde echaba las tardes: la última casa de Goya que quedaba en Zaragoza, amenazada de ruina.

Tachán, tachán.

Se nos puso a todos esta cara:

¡No puede ser, cobarde de la pradera! ¡Hay que salvar esa casa in-me-dia-ta-men-te! Qué pérdida para el patrimonio, para nuestra cultura, para nuestros niños. ¿Es que queremos que nuestros hijos vivan en un mundo sin casas que fueron habitadas por Francisco de Goya y Lucientes? ¿En qué nos hemos convertido?

Así estábamos todos, rasgándonos las vestiduras (de H&M, pero compradas con cariño) y pidiendo la cabeza del director de Patrimonio y de Zapatero si no se ponía remedio en el acto, cuando una compañera —y, sin embargo, amiga— gritó:

—Mecagüenlaleche. ¿Es esa casa de la plaza de San Miguel? ¿La que tiene un garito de pollos a l’ast en los bajos? Mecagüenlahostiaputaenvinagre. Mira, como me cierren el sitio de los pollos por culpa de la mierda de Goya, me voy a cagar en las pinturas negras. Con lo que me gustan a mí los pollos de ese sitio.

Efectivamente: en la última casa de Goya que queda en pie en Zaragoza hay una tienda de pollos a l’ast. Perdón: de pollos al a’st, pues así lo anuncia el letrero, con la diéresis puesta cual brochazo goyesco allí donde buenamente ha caído. Esta circunstancia escandaliza a muchos prebostes y a muchos escandalizados profesionales. Qué infamia para la memoria de don Francisco tener toda la casa apestada a base de pollo asado y patatas panadera (y croquetas de cocido los martes).

Pero yo, claro está, estoy con mi amiga: como le quiten el sitio de los pollos al a’st para poner una tienda de recuerdos goyescos en una casa-museo ad hoc, también me cagaré en el retrato de la familia de Carlos IV.

Me encanta que hayan desaparecido las casas de Goya en Zaragoza y que la que queda en pie huela a pollo. Una de las cosas que más me gustan de esta tierra es que no está llena de reliquias, que aquí no se venera nada, que se puede ir por la calle sin pisar tumbas ni hacer reverencias.

La sociedad aragonesa tiene una sana aversión a lo sagrado de la historia. Eso redunda en un patrimonio magro, arruinado o malvendido, pero propicia un ambiente agradable y desintoxicado, poco proclive a la bronca y a la procesión.

Aquí no se venera nada. Los santuarios se construyen fuera. Y eso, a pesar de la machacona insistencia por crear santos culturales, agudizada por la candidatura de Zaragoza 2016. A mí me enferma. Cada vez que oigo mencionar a Buñuel, Goya, Ramón y Cajal, Ramón J. Sender, Gracián y los Hermanos Argensola, me entra hambre de pollo al a’st.

¿Que los aragoneses no valoran su pasado, que lo ignoran y desprecian? Afortunados ellos. Afortunados nosotros. Los hay que no pueden caminar de tan cargado de historia que llevan el petate.

Vivan los pollos al a’st.


Tagged: Aragón, Goya, historia, patrimonio, Zaragoza 2016

Viewing all articles
Browse latest Browse all 4

Latest Images

Trending Articles





Latest Images